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El Camín Real de La Mesa

El Camín Real de la Mesa es una antigua red de caminería utilizada hasta el siglo XIX. Se trata de uno de los mejores ejes de comunicación naturales entre Asturias y la Meseta, ya que discurre a una altitud constante, lo que le permite un buen dominio sobre los valles que se extienden a ambos lados de su trayecto. Todo esto facilitó su trazado por los romanos.

La excursión por el Camino Real de la Mesa brinda un espectáculo tan atractivo que convierte a la ruta en un recorrido obligado para todos aquellos que desean conocer a fondo nuestra región. Los concejos que componen la comarca son Belmonte de Miranda, Candamo, Grado, Las Regueras, Proaza, Quirós, Santo Adriano, Somiedo, Teverga, Yernes y Tameza.

Discurre siguiendo la espina de una cordillera, que se extiende desde Grado a Torrestío (en la Babia leonesa) con un recorrido de unos 60 kms, de los que 40 están comprendidos ente Grado y Cueiro.

A esta ruta se pueden acceder desde la misma villa de Grado hasta Santa Cristina siguiendo la carretera de Picalgallo; desde Moutas, a la que se llega por carretera de Cabruñana al Fresno, y a partir de Las Cruces, desde Vigaña.

Es fácil, desde el comienzo, contemplar el vuelo plácido de la cigüeña por tierras leonesas y, una vez en La Mesa, hacer lo propio con los círculos que trazan en el cielo buitres, águilas, milanos y sobre todo el alimoche.

Los animales silvestres cruzan los dos flancos de las laderas, notablemente con las primeras luces del alba y en el anochecer. Con un poco de paciencia podrá observar corzos y venados, sobre todo en sus “berreas”, momento del celo, en los meses de junio y principios de otoño.

A últimas horas de la tarde salen los jabalíes en busca de comida cruzando la calzada por diferentes lugares.

El lobo es un animal frecuente en la zona, siendo muchos los desmanes que comete con la cabaña doméstica de los campesinos, es difícil verlo, pero no imposible.

El oso, junto con el urogallo, el tejón y la nutria, son las reliquias faunísticas de todo el territorio de la calzada, aunque cada vez es más complicado poder observarlos durante el recorrido, pues su escasez va en aumento.

La fauna fluvial se limita a la trucha común, que se encuentra en los arroyos de Somoza y el de Sapiencia y en los lagos de Camayor.

Caza y pesca están terminantemente prohibidas y para acceder a algún permiso, el viajero deberá informarse y acogerse a las normativas dictadas por la Consejería de Medio Ambiente y por las Medidas de Uso y Gestión del Parque Natural de Somiedo.

Referente al arbolado, cabe señalar que apenas existen árboles a lo largo del itinerario, notablemente en la primera parte de su recorrido. En las zonas boscosas de los valles se encuentran hayas, abedules, arces y robles, principalmente.